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Depura el Hígado antes de Navidad

  • 7 min read
Depura tu hígado en navidad

En este caso hablamos del Hígado, el gran maestro de la depuración y al que a veces no le dedicamos todo el interés que se merece.

“En condiciones normales, lo tóxico y no digerido, se eliminaba; actualmente, lo tóxico y no digerido, se absorbe” La modernidad Alimentaria

Podemos hacer muchas cosas para mejorar nuestra calidad de vida, pero sin duda, a la que mayor importancia deberíamos darle es a cuidar aquellos órganos que trabajan en silencio pero que mueven toda la maquinaria de nuestro organismo, y es que sin ellos estaríamos realmente muy fastidiados.

Si quieres seguir entrenando al máximo y dar lo mejor de ti, deberás evitar los impedimentos que un hígado intoxicado te puede generar, para lograr esto te aconsejo que sigas estos sencillos pasos y que los anotes para ir repitiéndolos cada vez que sientas que has podido descuidar tu cuerpo.

Las Consecuencias de un Hígado Descuidado

El Hígado entre muchas otras funciones controla la vitalidad, el estado emocional e incluso la claridad mental de una persona. Si lo descuidamos, con total seguridad se acabará sobrecargando, y un hígado colapsado puede ser origen de depresiones, irritabilidad, mal humor, estrés, decaimiento del sistema inmunitario, agotamiento, apatía, falta total de energía, dolores de cabeza, hinchazón de vientre, e incluso la sensación de sentirnos agobiados constantemente y a punto de estallar. Un dato curioso es que cuando tu hígado empieza a enfermar tu cabeza se congestiona y se calienta al tiempo que tus extremidades, manos y pies, se enfrían considerablemente.

El Dr. Jean Seignalet, catedrático francés que investigó el tema durante décadas en miles de pacientes con enfermedades crónicas y degenerativas, demostró la incidencia de la moderna alimentación como causa profunda de las principales patologías actuales, muchas de ellas consideradas “incurables” por la ciencia (Nestor Palmetti, El proceso depurativo, 2011)

Sus principales Funciones

Almacenador de azúcares (Glucógeno): El hígado hace la función de primero reservar para después proporcionar combustible al organismo. Es durante la comida que almacena azúcar o glucosa en forma de glucógeno para cuando el cuerpo lo requiera.

Sintetizador de triglicéridos y colesterol, de la bilis y de los factores de coagulación. En este aspecto cabe decir que la bilis es un jugo digestivo de color amarillo verdoso que ayuda al cuerpo a absorber la grasa en el flujo sanguíneo, se reserva en la vesícula, hasta que el cuerpo la necesita para empezar a digerir las grasas.

Transportador de nutrientes, vitaminas, hierro y bilirrubina. Actúa como vehículo para satisfacer las necesidades de otros órganos y de la misma sangre.

Productor de urea y ácido úrico, de glucosa y de cuerpos cetónicos entre otros. El hígado produce azúcar a través del proceso conocido como gluconeogenesis, que surge a través de la recolección que hace de aminoácidos, productos de desechos y otros de grasos. Cuando el suministro de azúcar escasea el hígado también es el responsable de producir otro combustible, las cetonas, provenientes de las grasas, proceso que recibe el nombre de cetogenesis, este procedimiento se debe a que el organismo guarda las pocas dosis de azúcar restante para aquellas funciones o órganos del organismo que más lo pudieran necesitar, tales como el cerebro, los glóbulos rojos y ciertas partes del riñón.

Limpiar para Restablecer el Orden

Objetivo: Barrer los desechos antiguos que se han ido acumulando y al tiempo evitar que penetren nuevos residuos.

Reposo Digestivo

Como su propio nombre indica vamos a poner a descansar al hígado y al aparato digestivo, al menos parcialmente, volviendo así a los hábitos de nuestros orígenes más ancestrales. Ofrece muy buenos resultados realizar un día de ayuno frutal a la semana, eso quiere decir que durante 1 día entero deberemos comer exclusivamente fruta, es aconsejable que elijamos siempre el mismo día si queremos prolongar está limpieza durante una temporada, también es importante que durante ese día tengamos poca actividad.

Cuando sintamos hambre nos limitaremos únicamente a ingerir fruta, pero de un solo tipo cada vez, es decir, no podremos mezclar distintas variedades en una misma ingesta, a fin de minimizar la exigencia digestiva, también es recomendable que la fruta esté bien madura, de estación y a poder ser de producción orgánica, para evitar pesticidas. Se pueden beber todo tipo de infusiones (boldo, alcachofa, diente de león…) e incluso caldos de verduras líquidos aderezados con algunas especias picantes (caloríficas).

A modo de recomendación: La comida que sigue a este ayuno deberá ser ligera para no producir un cambio muy brusco al organismo.

Depurar

Nos podemos servir de algunos alimentos que activen el proceso de desintoxicación del hígado. En primer lugar deberíamos optar por alimentos biológicos, para como sucede en el caso de la fruta, evitar al máximo el uso de pesticidas y componentes químicos. Deberemos eliminar todos los refinados, fritos, y procesados, eligiendo alimentos cocinados al vapor, a la plancha, o al horno. Dentro de lo posible también evitaremos carnes rojas, lácteos, sus derivados y todo lo relacionado con azúcares, excitantes y bebidas alcohólicas. Resultará imprescindible servirnos de caldos depurativos fuera de las principales comidas, estos pueden estar cocinados utilizando ajo, perejil, apio, cebolla, cilantro, alcachofa…Para completar todo el proceso deberemos practicar ejercicio de baja intensidad, descansar bien, intentar evitar el estrés dentro de lo posible y beber un mínimo de 2 Litros de agua embotellada al día.

Nutrir sin Congestionar

Una vez llevados a cabo los anteriores consejos deberemos volver a comer sin tantas restricciones por lo que será de vital importancia saber y conocer que alimentos nos pueden seguir ayudando a mantener el hígado lo más sano y limpio posible.

  • Almendras: Ricas en el aminoácido Arginina, en ácidos grasos omega-3 y glutatión, que benefician la depuración del hígado de forma natural.
  • Cereales integrales: Ricos en Vitaminas del grupo B, encargadas de la metabolización de las grasas y la descongestión general del organismo. Es preferible utilizarlos como alternativa a las harinas blancas.
  • Vegetales de hoja verde: Ayudan a eliminar toxinas y a regular las grasas saturadas que pueden llegar a afectar al buen funcionamiento hepático. Sus anfitriones son las coles, el repollo, la lechuga…
  • Té verde: Sus componentes ayudan a reducir la acumulación de grasa en el hígado. Las catequinas y antioxidantes que contiene brindan un efecto hepático protector. Estudios revelan que el Té Verde evita las inflamaciones del mismo órgano.
  • Frutas cítricas: Por su riqueza en vitamina C, actúan como antioxidantes naturales, se deben consumir con moderación y aquellos cítricos más recomendados para lograr beneficios hepáticos son los limones, las limas y las naranjas.
  • Aceite de Oliva: Estudios concluyen que este aceite ofrece una base lipídica que absorbe de forma natural las toxinas para que el órgano pueda trabajar con más facilidad. El aceite de oliva, así como el de cañamo y lino resultan unos potentes protectores contra el daño oxidativo del tejido hepático.
  • Cúrcuma: Esta planta ofrece muy buenos resultados en la desintoxicación del hígado, quizá de los mejores, ya que posee sustancias como el borneol, la turmenona, el eugenol y el ácido cafeico que actúan como potentes protectores, al tiempo que es un buen remedio para digestiones pesadas debidas básicamente a una mala alimentación. Cabe destacar que también es extensamente conocida por sus propiedades y beneficios sobre el sistema circulatorio. Además la curcumina se puede utilizar para el crecimiento muscular y el anti-catabolismo

Si seguimos estos consejos lograremos que el hígado mejore la metabolización de las grasa, su descongestión del mismo  y su función en general; por lo que recordad que un hígado sano a parte de ofrecer mayor rendimiento a nuestros organismo también beneficiará a todas aquellas personas que busquen adelgazar y que no hayan obtenido resultados previos o escasos indicios.