Las semillas de chía son una fuente de fibra dietética tanto soluble, ayudándonos a regular el colesterol y los niveles de glucosa en sangre, como insoluble, para mejorar el funcionamiento de nuestro tracto intestinal.
Estas semillas aportan innumerables beneficios para nuestra salud ya que contienen grandes cantidades de vitaminas del grupo B y vitaminas E y A, calcio, fosforo, hierro y potasio, entre otros, además de un alto contenido en proteína, antioxidantes y ácidos grasos esenciales.
Por su parte, los ácidos grasos esenciales son aquellos que el cuerpo no puede producir por sí mismo por lo que precisa de ayuda externa, es decir, necesitamos ingerirlos a través de los alimentos. Estos colaboran en la prevención de enfermedades cardiovasculares, protegen el corazón y refuerzan el sistema nervioso e inmunológico.
La chía tiene un gran poder saciante debido a la cantidad de fibra que contienen por lo que se recomienda su consumo en dietas de adelgazamiento ya que colabora en la reducción de la ansiedad y aporta gran cantidad de vitaminas que pueden reducirse durante las dietas. Sin embargo, al igual que la mayoría de semillas y frutos secos, tienen un alto contenido en calorías por lo que se recomienda un consumo moderado de aproximadamente unos 15gr al día.
Estas nos proporcionan grandes dosis de energía pero podría llegar a ser contraproducente en regimenes de pérdida de peso si se consume en exceso. Como ocurre con todos los alimentos lo mejor es no abusar y poder disfrutar de sus ventajas.
Estas semillas son aptas para vegetarianos y personas hipertensas, celiacas o intolerantes a la lactosa ya que es un alimento de origen vegetal, con bajo contenido en sodio, sin lactosa y sin gluten.
Sin embargo, y a pesar de todos sus beneficios, hay que tener cierto cuidado con las semillas de chía si estamos bajo tratamiento de anticoagulantes ya que reducen la presión arterial y, por consiguiente, actúa como anticoagulante natural pudiendo producir sangrados. Por otro lado, ante casos de alergias alimentarias, en especial a los frutos secos, se debe consultar al especialista antes de consumirlas ya que existen posibilidades de alergia.
Sabor y preparación de la chía.
Tiene un sabor suave que lo hace especialmente apto para combinar con esencias y extractos con el fin de obtener diversos sabores y no cansarnos tras una ingesta prolongada en el tiempo. Las semillas de chia son económicas y se pueden encontrar en cualquier herbolario, tiendas especializadas en productos ecológicos o grandes superficies.
A la hora de consumirla, tenemos diversas opciones que se muestran a continuación:
Batido, crema o helado. Al entrar en contacto con el agua la chía forma una masa viscosa. La formación de este gel se debe a la cantidad de fibra que posee esta semilla. Podemos batirlo o simplemente dejarlo reposar hasta que se convierta en una crema. Para lograr la formación de este gel y conseguir crear nuestro batido, crema o helado debemos mezclar la semilla con líquido entre los cuales destacan el agua, el zumo o la leche.
Del mismo modo la chía puede tomarse a distintas temperaturas ya que esta no afecta a sus propiedades. Una receta sencilla y rápida es mezclar 10gr de semillas de chía con ¾ de una taza de agua (aunque se puede mezclar con otros líquidos, el agua es la opción más ligera), edulcorante y unas gotas de extracto de vainilla.
Simplemente debemos mezclar los ingredientes y dejarlo reposar de 15 a 20 minutos antes de ingerirlo. Para finalizar, podemos acompañarlo de una capa de frutas sobre el gel. De esta forma tenemos un snack energético, sencillo y saludable.
Espolvoreadas en ensaladas o tostadas. De esta forma damos un toque de especial a nuestras comidas
En postres. Podemos incluir las semillas en recetas de postres o snacks y disfrutar de todas sus ventajas sin darnos cuenta
Como vemos existen diversas formas de ingerir las semillas de chía y aprovechar todos sus beneficios tan solo hace falta un poco de innovación en la cocina para conseguir recetas saludables.
Escrito en colaboración con Atopedegym por: Con S de Sano
