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Para qué sirven los suplementos de testosterona

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Representante popular del carácter emocional y fisiológico del sexo masculino, el uso de la testosterona no se aplica únicamente a los varones y tampoco durante su proceso de crecimiento. La suplementación con esta hormona se dirige tanto al tratamiento de ciertas dolencias —desde el hipogonadismo al cáncer de mama— como al aumento de las aptitudes y capacidades deportivas. Pero ¿qué hace exactamente la testosterona?

Un suplemento muy solicitado

Conocida como la hormona masculina por antonomasia, la testosterona —que se halla también en el organismo femenino— se relaciona con algunos de los cambios físicos más característicos de los varones. Como la producción de esperma, el crecimiento del vello facial y corporal, una voz más grave o el aumento del músculo. Motivo por el que, sobre todo en este último punto, su uso suplementario se extiende en el deporte.

Hoy en día, empresas como BioTech USA (https://biotechusa.es), una de las referentes del sector, ofrecen una gran variedad de suplementos de testosterona para mejorar el rendimiento en las actividades físicas. Una práctica cuyas grandes ventajas requieren, sin embargo, de supervisión experta para mitigar sus riesgos. Y es que el papel de la testosterona en el cuerpo humano es tan diverso como capital para su bienestar.

¿Qué es la testosterona?

La testosterona, como bien recoge la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANM) en su Diccionario de Términos Médicos, es una hormona cuyo papel en el organismo guarda diversos propósitos. Secretada por los testículos, aunque también se presente en un nivel menor en las mujeres, el desarrollo y mantenimiento de los rasgos sexuales masculinos es, además de otras aplicaciones, su principal función.

Según la RANM, se trata de una hormona determinante para favorecer la formación de los espermatozoides, el desarrollo de la próstata y la libido, entre otros. Razón por la que se emplea como tratamiento hormonal de sustitución en algunas situaciones médicas como en el hipogonadismo o la oligospermia, así como para tratar el cáncer de mama avanzado y la anemia aplásica. Pero, ¿qué hay de su uso en el ejercicio?

Entre sus demás virtudes, tanto el crecimiento óseo como el desarrollo muscular que también encauza la testosterona son de gran interés en el plano deportivo. Ello, unido a una avivada querencia a hacer actividades físicas dada la vigorosidad que aporta. Con el añadido de un mayor rendimiento anaeróbico y un mejor alivio del daño muscular gracias a sus propiedades anabolizantes, que aumentan la fuerza y la intensidad físicas.

Cuándo tomar suplementos de testosterona

Además de en los anteriormente mencionados casos médicos, el envejecimiento puede causar un déficit de testosterona evidenciable en algunos cambios emocionales —una falta de confianza en uno mismo o de motivación—, físicos —aumento de la grasa corporal y disminución de la capacidad muscular— o de la función sexual. Un motivo de peso por el que un sustitutivo o suplemento de testosterona sería lo más indicado.

Por otra parte, y como se ha visto, la suplementación con testosterona bajo motivaciones deportivas es también uno de sus mayores campos de aplicación. Siendo necesario en este caso llevar el tratamiento bajo supervisión médica especializada. Ya que, entre los riesgos de su exceso, la testosterona puede afectar gravemente al sistema cardíaco, al endocrino y/o al reproductor, o aumentar el riesgo de cáncer de próstata, entre otros.

La suplementación con testosterona en el deporte

En el campo de la competición de élite, el uso de la testosterona como herramienta para aumentar la resistencia está considerado un recurso de dopaje. Sin embargo, fuera de su espacio profesional, el uso de esta hormona es perfectamente lícito siempre y cuando se supervise debidamente. En especial, recordando de nuevo la peligrosidad de su uso indebido. Más que una cuestión de normativa antidopaje, una cuestión de salud.

Según el artículo Efectos de la suplementación con testosterona sobre el rendimiento en resistencia, publicado por la Revista Andaluza de Medicina del Deporte en 2015, la testosterona repercute positivamente en la fuerza, hipertrofia, velocidad y capacidad de recuperación del deportista. Destacando sus beneficios en relación al rendimiento en las modalidades específicas de resistencia, mejorando las aptitudes anaeróbicas.

Un ingrediente fantástico para explotar las capacidades físicas en cualquier disciplina deportiva, pero cuyas ventajas requieren indiscutiblemente de una consulta previa y de un seguimiento frecuente para controlar sus niveles.